Cualquiera puede leer, pero no cualquiera puede escribir. Todo
escritor empieza leyendo y es de ahí de dónde saca inspiración para escribir
sus propias historias.
Yo empecé a escribir mis propias historias desde primaria.
Obviamente no iba a ser la mejor escritura que hay en el mundo, pero me daba la
oportunidad de poder poner en escrito lo que pasaba en mi mente y lo que yo me
imaginaba. Me daba pena que alguien leyera lo que yo escribía porque pensaba
que no era lo suficientemente bueno o que a nadie le iba a gustar.
Al llegar a la secundaria decidí arriesgarme y publicaba en
sitios como FanFiction mis historias.
Pero no escribía tanto para mí, sino para lo que pensaba que a la gente le iba
a gustar. Es por eso que no me gustaba tanto.
Ya al llegar a diversificado fue cuando decidí que lo que pensara
la gente de mis historias no era importante. Sólo entonces pude en verdad
disfrutar sentarme con mi computadora, ponerme mis audífonos y describir lo que
imaginaba con tanto detalle cómo me fuera posible. Y creo que es una de las
mejores cosas que me ha pasado desde entonces.
Cualquiera puede leer, pero no cualquiera puede escribir. Todo
escritor empieza leyendo y es de ahí de dónde saca inspiración para escribir
sus propias historias.
Yo empecé a escribir mis propias historias desde primaria.
Obviamente no iba a ser la mejor escritura que hay en el mundo, pero me daba la
oportunidad de poder poner en escrito lo que pasaba en mi mente y lo que yo me
imaginaba. Me daba pena que alguien leyera lo que yo escribía porque pensaba
que no era lo suficientemente bueno o que a nadie le iba a gustar.
Al llegar a la secundaria decidí arriesgarme y publicaba en
sitios como FanFiction mis historias.
Pero no escribía tanto para mí, sino para lo que pensaba que a la gente le iba
a gustar. Es por eso que no me gustaba tanto.
Ya al llegar a diversificado fue cuando decidí que lo que pensara
la gente de mis historias no era importante. Sólo entonces pude en verdad
disfrutar sentarme con mi computadora, ponerme mis audífonos y describir lo que
imaginaba con tanto detalle cómo me fuera posible. Y creo que es una de las
mejores cosas que me ha pasado desde entonces. Esa es la razón por la cual
quiero dedicarme a la Lingüística y Literatura al crecer porque es mi gran
pasión en la vida y no me puedo imaginar dedicándome en otra cosa.
He conocido a muchas personas que les encanta escribir también y
me he dado cuenta que cada quien escribe según lo que le gusta, disfruta o
quiere vivir. Tengo amigas que les encanta escribir poemas y me dicen que es la
forma más completa de expresar lo que sienten sin salir lastimadas. También
conozco otras personas que se relacionan tan personalmente con sus personajes
que a veces se confunden y escriben ‘yo’ en vez del nombre del personaje. Y la
mayoría de los que escriben que yo conozco lo hacen simplemente porque era algo
que rondaba en sus cabezas, una idea, un sueño, un momento. Es cómo una
película, pero mejor porque no tiene que estar limitada a un tiempo específico.
A mí me pasa a menudo que tengo esta idea grabada en mi mente y
tengo que ponerla en escrito antes de que se extinga. Es simplemente un momento
y a veces se vuelve una historia elaborada conforme la voy desarrollando. Por
eso nunca tengo en mente exactamente lo que voy a escribir, sólo una base o estructura
con la que guiarme. Dejo que la historia se vaya completando a lo largo que voy
escribiendo y como se van desenvolviendo los personajes según su forma de ser y
actuar. Que cosas dirían o harían según la situación y cómo interactúan con su
alrededor. Pero más que todo, escribo lo que no puedo encontrar en libros o
historias de los demás y eso es porque aún no existe.
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